Argh

Sé que he estado ausente. No pienso dejar el blog. Sólo que aún no encuentro el giro que quiero darle o la inercia en la cual montarme. Consideren esta entrada, como extraordinaria (como suplemento del día del trabajo, si quieren). Pronto, espero desbloquearme en la tesis y en el blog y poner algo con sustancia, o al menos ameno. No me late la idea feisbuquera de poner "Ya me desperte" "Desayunando Yomi!!!", "Saliendo a trabajar" "Mucho tráfico :(", "llegué a la chamba... a darle átomos", etc... No me late tampoco la idea de que blogger empresa de la que no conozco ni un empleado sea mi remedo de sicologo. 


Quizá un poco de confesión muestre mi ánimo de seguir bloggeando, ya que, en parte, se ha convertido en el único deporte que practico, y eso que irregularmente. Aunque no quiero sicoanalizarme, creo que este blog es más personal de lo que quiero admitir pero no por poner sentimientos, pensamientos y todas esas cosas que nos distinguen de los hondureños, se volverá aún más de hueva. 

Me considero modesto, quizá presumido (más que presuntuoso). Me considero honesto e hipócrita por parajódico que sea, aunque eso sí, no de forma simultánea y no todo el tiempo. Aún hoy no conozco alguien que piense en mí cuando en 100 mexicanos dijeron le pregunten "personas que saben lidiar bien con el rechazo". No, ni a mí se me ocurriría pensar en mí. Y es que soy azotado. En el siglo XV dirían que tengo la virtud de la autoflagelación, en el XXI, a lo mucho llego a troll del cyber espacio, si no es que a emo. En fin, azotado me sé... pero también sé que me desprendo de forma real de las cosas, mis azotes, pudiera ser, son la lucha entre la simbiosis que establecí con algo y mi esfuerzo por dejarlo atrás, en el editado espacio del recuerdo.


Aún no he establecido esa lucha antisimbiótica contra este blog, porque cuando la haga de seguro habrá tres entradas firmadas como "la última" y será uno de los periodos más fructíferos de este sitio... igual y más bien estoy en otro pedo. 


Entre otras cosas que me considero, está el defecto de ser conciliador. Evito la confrontación entre terceros, soy como la bisagra que permite a la puerta moverse sin arrancar la pared... El diplomático que le informa a los palestinos e israelitas que atrás de sus muros, se mudaron sus enemigos y ahora sólo queda desierto, aunque no sea cierto. Más allá de velar por la tranquilidad de otros, intento siempre -quizá sea esclavo de la diplomacia, quizá sólo me gusta ser así- terminar bien todo... incluso lo inacabado. Tiendo la mano, doy mis respetos y me voy... si salí bien librado me pongo a festejar o si no hay festejo en puerta me compro un libro de monos, o si no hay dinero, me fumo un churro e invariablemente, aunque de plano no haya ni pa'l churro, simplemente ese día me quedo mostrando mis fauces en una sonrisa. ¡Me gusta sonreír! Cuando salgo mal librado, por su parte, doy mis respetos, intento no salir de mis casillas en el momento inoportuno y me alejo lo suficiente para salir de mis casillas agusto, despotrico sarcástica e irónicamente, incluso llego a la amargura. Por suerte ya no me azoto como antes, ya no amargo los días ajenos. Soy muy mala copa en esas circunstancias.


A veces las cosas acaban por que sí. Y no hay más que uno pueda hacerle. Cuando no depende de mí, por lo general sigo la línea de cuando salgo bien librado... creo que este pedo del que les hablo es el caso.


Hasta ahora creo estar haciéndolo bien, podría haberlo hecho mejor, sin duda. No mensajes, no ceder ante el cariño. Ser frío como las sábanas de Elba Esther Gordillo. Pero me ha ganado primero la tristeza, luego la empatía, y me habría gustado que ganara la calentura. En el fondo, creo llevarla... suave, bien. Solo busco no meterme en pedos y desatarme sin lucha simbiótica, sólo desatarme. No hago (he hecho) borlote, evito estar donde no quiero, donde no me acomodo, y estar donde por ahora se me permita el estado Stand-by.


Si este blog es en parte un diario, una bitácora o alguna de esas mamadas personales, creo que esta es la primera entrada en ese sentido. Estoy transitoriamente molesto. MUY molesto y no tan transitorio como quisiera. Reina, lo que hagas con tu cola cuerpo, es muy tu pedo. Háblame cuando tengas un problema de verdad, entonces no haré caras y con toda mi amistad veré que puedo hacer por tí... mientras tanto, no me patees las bolas. 


Por fis.