y yo viendo las estrellas perdí mi vaio.
Arrrrr arggghhh uff! %)@$"&!!!!
Comentaba que se me hacía valido concluir que los temblores, las sequías, las inundaciones, los tornados de Coahuila, la epidemia de AH1N1, la erupción del popo, los huracanes desmedidos, la generación espontánea de porros en la Ibero, etc eran muestras de que nuestro país nos está somatizando.
Estos presagios señalan al fin del mundo de diciembre. Apocalipsis al que este blog, ni tardo ni perezoso, se adhirió desde enero. Como en la visión de los vencidos, dentro de estos funestos presagios hubo uno dirigido a los incrédulos.
Consistía en que mientras las fétidas aguas de nuestro lago se desbordaban de bullente materia electoral, durante una semana del último año las estrellas brillaron con níveo esplendor. Patti Smith, Paul McCartney, Bob Dylan iluminaron las oscuras noches del México prediluviano. Lo malo de este presagio espanta bobos fue que los pocos quienes pudimos registrarlo fuimos bas-culeados mientras mirábamos el cielo.
Tras el último brillo del último astro, la neblina fecal-electoral oscureció de nuevo la mirada, hizo recordar que soñar no cuesta nada, pero cómo pesa el despertar.
¿Quién osa orientarse por estrellas cuando camina sobre nopales?
Ya me regañé lo suficiente... veamos que me digo en sueños.
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