Hace unos días salió la nota de que Superman renunciaba a la ciudadanía gringa. El pretexto fue que sus ideales son más universales que solamente gringos, no se expresó un desacuerdo con el proceder de los gringos, proceder que de haber venido de otro país habría provocado la intervención de los superhéroes. Ni tardos ni perezosos, la patrulla fronteriza mandó buscarle y deportarlo a su lugar de origen sin importar que tan destruido estuviera.
Superman ha sido (y será, estoy seguro que esta conmoción se arreglará y quedará olvidada) icónico para la cultura moderna estadounidense. Como Capitán América, su existencia representa y enaltece los valores que los gringos dicen seguir. Como Capitán América también, ha tenido diferendos con su propio país, pero siempre ha ganado la Justicia. Como Capitán América, en fin, su existencia es simbiótica al American güey of life.
Cuando las Torres Gemelas fueron destruidas por Osama, ni Peter Parker ni Clark Kent aparecieron. Para mantener vigente los ideales por los que los super héroes habían luchado, las editoriales (D.C. y Marvel) dieron un giro en sus perspectivas y proclamaron a los bomberos, policías y soldados como los "héroes verdaderos", de carne y hueso que estuvieron ahí donde y cuando la imaginación no llegó a tiempo.
Matt Bors, 4 de mayo.
Sin embargo, los héroes verdaderos y los super héroes compartieron misiones. Capitán América y Superman siguieron residiendo en el gabacho y, al menos Clark Kent se vio beneficiado con la historia de los Estados Unidos. Pero en el mundo político, pasó algo que no tenían previsto los super héroes, el negro Obama llegó al poder y siguió cazando a Osama. La sociedad gringa, fanatizada con su "lucha por la libertad", creyéndose la "vanguardia" del "mundo libre", se fue con la pinta de que un presidente negro implicaba el inicio de 1000 años de paz. No fue así. De hecho la sociedad gringa se polariza cada día más y los superhéroes no puede cometer el error de salir en la foto con alguien políticamente incorrecto, por popular que sea, pero tampoco pueden criticar pues, en el fondo no existen y no son más que cuentos de niños.
La sociedad gringa, antes de elegir a Obama, sacó a relucir cada vez más su imaginario, y se lo enjaretó a Obama. Obama lo podría todo. Pero la diferencia más sustancial en el periodo de Obama ha sido hasta ahora el color de su piel, fuera de ello, las inercias imperiales se han intensificado. El racismo contra el presidente y contra árabes, latinos y chinos se ha fortalecido. Superman viendo eso decidió quitarse la ciudadanía y proteger al mundo como el ser humano que no es y como los humanos no hacemos.
Por suerte, para los gringos, el darse cuenta que Spiderman o Superman no pudieron evitar el colapso del WTC el 9/11, les dio la idea de que sus héroes verdaderos tienen un peso real e incidencia.
Ken Catalino, 5 de mayo.
Con héroes reales, ¿quién necesita super héroes? con que un helicóptero puede encontrar a Osama, entrar en su refugio y matarlo, se pierde la necesidad de la visión especial de Superman. Los super héroes se vuelven prescindibles y si agregamos ahora que además de prescindibles se ponen mamones y reniegan de la soberanía imperial, pos que se vayan a la goma. Supermanes hay muchos, y Obama a veces deja de ser el objeto de linchamiento y se vuelve, en consecuencia de los actos de los héroes verdaderos, un supernegro.
Darío Castillejos, El Imparcial, Oaxaca, 3 de mayo
Creo yo que las historietas son la nueva mitología. Quien quiere saber de Troya lo hace por snob, lo de estos tiempos es saber como Aquaman perdió el brazo, cómo el Dr. Doom ayudó a recuperar cuerpos del WTC, cómo ha habido una guerra civil entre héroes para integrarse al gobierno o hacer el bien por cuenta propia. Si hay héroes de carne y hueso, hay villanos de carne y hueso. Que en el mundo Bizarro son lo héroes que defienden a su gente del Imperio imperio gringo y su Atila: Superman. Hoy, a ese mundo Bizarro, a esa contraparte de la mitología contemporánea se ha sumado Osama Guadalupe Bin Laden.
Las nuevas Iliadas narrarán cómo navegando por siete mares, y fortificado en un terreno, Osama aguantó en sus murallas, protegido por Alá los embates de las tropas gringas que lo perseguían por haberse robado la cosa más preciada del imperio, el sentimiento de Seguridad. Ese robo dejó en discordia y polarización a los gringos, hizo inútiles a sus superhéroes y trajo como consecuencia una persecución de 10 años que hizo mártir al enemigo
Christo Komar, 5 de mayo.
Hay múltiples aristas en este suceso. Algo es seguro, si Superman quería que los gringos le rogaran seguir siendo gringo, se equivocó. Su gobierno ha hecho el mito de Superman una estrategia, su Superman se creyó lo suficientemente sólido como para dejar la ciudadanía, no se percató que quienes alimentaban su culto han dejado de orarle, y se han dedicado a construir misiles. Si fueran soviéticos, Superman ya los habría atacado, pero como hasta hace poco eran compatriotas, Superman ha sido deportado. Sus compatriotas han hecho irrelevante el poder de sus mitos y si sus héroes no quieren adaptarse a los nuevos tiempos, pues entonces serán suplantados por más y más soldados, que para eso hay premios nobel de la Paz.
Zapiro, Sudáfrica, 5 de mayo