Martin Rowson 14 de Septiembre 2012. "Phew! Back to Normal!", en The Guardian, Inglaterra. Sobre las fotos de Kate Middleton topless, el acoso de los paparazzis y la violenta oleada de repudio en medio oriente contra Estados Unidos.
Las cortinas de humo no son, como uno pensaría, producto mexicano. Existen en todos los países y todo tipo de gobierno recurre a ellas.
Inglaterra por ejemplo, a punto de caer en el abismo de la recesión europea ha tenido que recurrir a distractores. La olimpiada fue, sin duda un buen pretexto pa hacer valer ese cartel tan conocido de "Keep calm & carry on"... pero tarde o temprano, el circo acaba y la gente se da cuenta que mientras se pintaba la cara y apoyaba atletas su país erosionó gran parte de su solvencia económica, dilapidó lo que quedaba de prestigio institucional con los escándalos de corrupción y mostró el agresivo modus operandi de la policía londinense.
Y como aquí lo fue el Chupacabras, el Caso Kalimba o Paulette, allá los medios se enfocaron en las chichis de la princesa Kate (o Catalina Middleton), y en las revueltas árabes que se produjeron porque los fundamentalistas consideran una película como declaración antiislamista de Estados Unidos. Así, logran poner en el centro de discusiones si tiene o no estrías y si la película que desató la furia islamista es o no una provocación. En esas charlas bizantinas... pocos huelen la humareda que se difunde desde la economía.
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