Christo Komarnitski, Bulgaria, Sega, 13 de octubre.
No sé qué decir acerca de los "indignados". En corto... No me convence su manifestación... les falta la determinación de actuar para incidir o las propuestas convincentes necesarias para que sea exitoso el no actuar... Les falta algo para que la acampada sea algo más... por lo pronto sólo están indignados y como adolescentes, quieren hacerlo público...
Creo que sólo se están poniendo de pechito para que los indignen aún más. Y en ese sentido -el de esta indefinida entrada- creo que la diferencia entre los dos cartones engloba la diferencia entra la postura como tal (el primero) y el objetivo a alcanzar (el 2°). Y quiero aclarar que me refiero sólo a México.
El que recuerda a Tian'anmen, aquella protesta estudiantil en China en 1989, es un cartón pírrico. Supone que por muy valeroso y digno que sea el plantarse frente a algo (sean tanques chinos o recortes presupuestarios), el desenlace, la derrota de la protesta no se puede evitar... Aquél heroico opositor que se plantó frente a la columna de tanques en junio de 1989, no pudo impedir la violenta represión. Los hippies de Berkeley no pudieron evitar las bayonetas a las que minutos antes les habían amarrado flores. Estaba más allá de sus posibilidades, y consideraron erróneamente que su lógica sería adoptada por sus adversarios. (Creo que lo mismo le pasó al Peje, que apostado en Reforma no generó el impacto que pudo haber tenido si movilizaba a la gente en la república en vez de plantarla, en fín, esa es otra historia.)
A lo que voy: la diferencia entre emprender acciones y quedarse plantado es básica. Y se pueden hacer ambas sin violencia. En lo personal considero tan poco útil el sólo plantarse con el objetivo de concientizar gente a la que no le importamos, como lo son las huelgas de hambre: ejemplo la del SME. Pedirles que se inmolen sería demasiado y ninguno estará dispuesto a hacerlo.
Creo que quedarse ahí... planeando horizontalmente dentro de los mismos esquemas es tan improductivo como actuar violentamente. En el fondo, siento que lo que quieren no es quedarse frente al toro (símbolo de Wall Street) a ver si se frena, sino torearlo, tomarlo por los cuernos.
Mis preguntas son: ¿Cómo incidir? y ¿A qué estamos dispuestos a renunciar? y más aún ¿A qué debemos ser forzados a renunciar para lograr un verdadero cambio?
En cuanto a que coincido con su indignación, sólo puedo desearles éxito.
Francisco, The Manila Times, Filipinas, 17 de octubre.
P.D. ¿Indignación? Indignación Cabal Peniche, Indignación Mario Marín, Indignación el FOBAPROA, Indignación ABC, Indignación que todos tengamos clembuterol en el cuerpo... tenemos tanto de qué indignarnos en este país de agachados que creerse innovador por hacerlo público me parece más bien bluff.
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