jueves, 27 de octubre de 2011

Si Caín no mata a Abel entonces Abel mata a Caín







Imágenes icónicas de conflictos bélicos hay pero hartas. Desde los gringos clavando la bandera en Iwo Jima, la niña de Vietnam del norte alcanzada por Napalm, hasta la foto de un iraquí encapuchado, a ciegas, sobre un tambo con cables amarrados a sus manos en Abu Grahib. Esas fotos llegan a condensar más cosas que el mero reportaje de guerra. 
En este caso, este post retoma la foto de un comandante de Vietnam del Sur ejecutando a un partidario comunista. Más allá de quién tomó la foto, la imagen misma ha sido retomada en innumerables ocasiones. Para caso de este post, primero por Vic Muniz, artista brasileño quien supuestamente la reprodujo a lápiz de memoria, y por Paco Calderón, de Reforma aludiendo a la captura y muerte del dictador libio Muammar Gadafi. En este último sentido es que la imagen vuelve a su implicación inicial, más allá de su composición. Y al decir esto me refiero a la muerte, asesinato de miembros de una nación opuestos irreconciliablemente por cuestiones políticas. 
La cita no textual que da título a la entrada fue escrita por José Vasconcelos, y según dice, se la comentó el mismo Obregón... Vasconcelos ironiza al respecto afirmando que Obregón  y Calles eran como los hermanos bíblicos, al final -dice- su "profecía" se cumplió. Por no impedir Obregón el ascenso de Calles [que claro que no lo iba a impedir], Abel lo mató... o algo así.

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